Lidera un plan trazado junto a seis repúblicas ex soviéticas más
La OTSC ha trazado un plan para detener los choques entre uzbekos y kirguises

Moscú lidera un bloque de seguridad formado por otras seis repúblicas ex soviéticas, conocido como Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), que se reunió ayer para discutir la situación en el país del centro asiático y valorar la puesta en marcha de esta medida.
En concreto, esta alianza militar ha elaborado un plan anticrisis para detener los choques entre uzbekos y kirguises, según ha explicado el jefe del Consejo de Seguridad ruso, Nikolai Patrushev. No obstante, el despliege de los soldados de paz sólo será posible cuando el plan sea aprobado por los líderes de los países que integran la OTSC (Rusia, Bielorrusia, Armenia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán).
"La OTSC tiene a su disposición todo lo que se necesita para actuar en estas situaciones, incluyendo un contingente de paz, fuerzas colectivas de rápida reacción y rápidos despliegues de fuerzas de la región del Asia Central", ha declarado el secretario general de la organización, Nikolai Bordyuzha.
"Pero hay que pensarlo bien antes de usar estos medios, y lo más importante, hay que usarlos como parte de un conjunto de medidas", indicó, sin especificar las medidas.
Miles de uzbekos han huído a la cercana frontera con Uzbekistán o han buscado refugio en poblados locales para escapar a los enfrentamientos más sangrientos en dos décadas. Muchos creen ser el blanco de pandillas kirguisas en un "genocidio" apoyado por policías y soldados locales.
"Multitudes de kirguisos deambulan alrededor, incendian nuestras casas y matan a uzbekos en sus propias casas", ha explicado el uzbeko Muhammed Askerov, un empresario de Jalalabad que se encontraba en un poblado no identificado.
Mientras el país se asoma al abismo, el gobierno interino de Kirguistán ha dado a conocer sus primeros avances para estabilizar la situación. Según fuentes oficiales, los heridos superan las 1.500 personas y los 120 muertos, sin embargo, la comunidad uzbeca habla de más de 700 fallecidos.
La peor ola de violencia en 20 años
Los últimos enfrentamientos representan la peor ola de violencia étnica en Kirguistán desde 1990, cuando el entonces líder del Kremlin Mikhail Gorbachov envió soldados soviéticos a Osh después de que cientos de personas murieran en una disputa por la tenencia de tierras.Los renovados disturbios en Kirguistán han provocado la preocupación de Rusia, Estados Unidos y la vecina China. De hecho, Washington utiliza una base aérea en Manas -en el norte del país, a unos 300 kilómetros de Osh- para enviar suministros a sus fuerzas en Afganistán.
El Gobierno interino de Kirguistán, que asumió el poder en abril tras una revuelta que derrocó al presidente Kurmanbek Bakiyev, ha acusado a los partidarios del depuesto líder de crear el conflicto étnico, acusación que Bakiyev negó en un comunicado emitido el domingo.
El Gobierno interino, liderado por Roza Otunbayeva, ha asegurado que las autoridades en Jalalabad arrestaron a una "persona reconocida" bajo la sospecha de fomentar los disturbios.
Kubatbek Baibolov, comandante en Jalalabad, dijo en declaraciones transmitidas por televisión: "Esto no es más que un intento de los partidarios y familiares de Bakiyev de capturar poder".
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