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lunes, 21 de junio de 2010

Sebastián Piñera cumple 100 días de gobierno con el terremoto en el recuerdo

  • Su mandato está empañado por el incumplimiento de promesas
  • La comparecencia ante el Congreso fue el inicio de la etapa 'post terremoto'
  • Crecer al 6% anual, crear empleo y abatir la delincuencia son sus objetivos
Piñera, celebrando un triunfo chileno en el Mundial de fútbol. | EfeEl presidente de Chile, Sebastián Piñera, llega a sus primeros cien días en el poder con la mente puesta en la reconstrucción del país tras el terremoto y con una ambiciosa agenda de gobierno que busca impulsar apoyándose tanto en el oficialismo como en la oposición.
La energía depositada por el presidente durante los tres primeros meses de su mandato se ha visto empañada por el incumplimiento de algunas promesas de campaña y por los rifirrafes con el conservador partido Unión Demócrata Independiente (UDI), su socio de la Coalición por el Cambio.

El terremoto como lastre

El terremoto del 27 de febrero sacudió también el inicio del mandato de Piñera, que asumió la Presidencia el 11 de marzo, y le obligó inicialmente a dejar de lado el programa de Gobierno para hacer frente a la emergencia y la reconstrucción de Chile.
Con un estilo enérgico e hiperactivo, Piñera ordenó la construcción de 50.000 viviendas de emergencia para los damnificados y aseguró de que todos los niños irían a la escuela.
Para afrontar las millonarias pérdidas, valoradas en 30.000 millones de dólares, ideó un plan de financiación que entre otras medidas incluye un aumento de los impuestos a las grandes empresas y del tributo específico a la minería privada.
Pero esta iniciativa está empantanada en el Congreso, donde los parlamentarios de la Concertación, ahora en la oposición, rechazan que a las compañías mineras se les congele la carga tributaria hasta 2025.

'Una nueva forma de Gobernar'

Para el profesor del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Nueva York Patricio Navia, Piñera ha cumplido su promesa de cambio y ha garantizado una "nueva forma de gobernar", aun sin realizar cambios profundos en el sistema. "Lo más positivo hasta ahora es lo simbólico, que la derecha puede llegar al poder y que rompió con el legado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990)", declaró Navia.
Superada la fase de emergencia, la rendición de cuentas del presidente ante el Congreso, el pasado 21 de mayo, marcó el inicio de la etapa "pos terremoto", según Navia, también profesor de ciencia política de la Universidad Diego Portales.
En un discurso que sorprendió a muchos analistas y a la propia Concertación por su carácter centrista, Piñera marcó las prioridades de su presidencia: crecer a un ritmo del 6% anual, crear un millón de empleos y abatir la delincuencia.

Política social

Piñera puso especial énfasis en el fortalecimiento de la red de protección social creada por la anterior presidenta, Michelle Bachelet, y se marcó metas que trascienden su gobierno, como erradicar la pobreza antes del 2020.
Sus planteamientos centristas, alejados de la derecha clásica, han descolocado a la Concertación, que aún no logra recuperarse de la derrota electoral que la apartó del poder tras veinte años. Para Patricio Navia, el "caos" en la Concertación es producto de la estrategia de Piñera, que se posicionó en el centro y se apropió de sus banderas de lucha.
"La Concertación esperaba la resurrección de Pinochet y se encontró con un presidente de derecha moderno, moderado y muy cercano a las posturas de la Concertación, que ahora no tiene como diferenciarse", afirma.
Por momentos, Piñera ha encontrado la oposición más férrea en la UDI, el principal socio de la coalición gubernamental, de la que también forma parte Renovación Nacional, el partido del presidente.

La principal asignatura pendiente

El perfil liberal y empresarial del gabinete de ministros -la mayoría, exitosos empresarios con un bajo perfil político- no fue del agrado de la UDI, que esperaba una mayor participación. Tuvo que conformarse con ver a Joaquín Lavín, candidato presidencial en 1999, como ministro de Educación, aunque según Patricio Navia estos roces no tendrán consecuencias graves. La principal asignatura pendiente de los primeros cien días de Piñera es la frustrada venta de Chilevisión, uno de los canales más importantes del país.
Durante la campaña electoral, Piñera se comprometió a desvincularse de algunos de sus negocios, como la aerolínea LAN, la Clínica Las Condes y Chilevisión, para dedicarse plenamente a gobernar y acallar a quienes le criticaban la mezcla de política y negocios.
Cumplió con la venta de sus acciones en las dos primeras sociedades pero la operación de Chilevisión se frustró semanas atrás, en lo que el mandatario consideró un "traspié" que se enmendará muy pronto. "Piñera debe demostrar que hay un cortafuegos entre la política y los negocios, y mientras no venda Chilevisión esto es imposible", opina Navia.
Según los analistas, el terremoto ha dejado poco margen de maniobra a Piñera y por ello en los próximos meses deberá centrarse en legislar para cumplir con su ambicioso programa de gobierno.

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